Publicado el número especial de Enoviticultura editado desde RedVitis, ¿Cómo cuidar los viñedos para que vuelvan a vivir 100 años?
Cómo cuidar los viñedos para que vuelvan a vivir 100 años
Presentación del Número Especial
Gonzaga Santesteban Doctor Ingeniero Agrónomo, Universidad Pública de Navarra, Coordinador de RedVitis
Julián Palacios, Viticultor e Ingeniero Agrónomo, Cuidador de viñas en Viticultura Viva
El cultivo de la vid es nuevo. Muy nuevo. No nos damos cuenta, pero hemos cambiado tantas cosas en unas pocas décadas, que no debe sorprendernos que estemos abocados a enfrentarnos a problemas también nuevos. Aunque hay excepciones, en la mayor parte de las regiones vitícolas españolas hemos cambiado la ubicación de los viñedos, llevándolos de zonas marginales a zonas más fértiles. Hemos adoptado nuevos sistemas de formación, dejando de lado el conocimiento que permitió a lo largo de los siglos concebir modos de conducir las cepas complejos e inteligentes -de ahí que en cada región podíamos ver un tipo de ‘vaso’ diferente perfectamente adaptado a sus condiciones-, para sustituirlos por la omnipresente espaldera, mayoritariamente en cordón Royat. Podador ya no es una profesión, puede podar casi cualquiera dispuesto cortar madera pasando frío. Producimos plantas en vivero de manera cuasi-industrial. Regamos, abonamos, fertirrigamos, y conseguimos la primera media (muchas veces entera) cosecha para la tercera hoja, y en algún caso hasta producimos uva en la segunda. Y por si esto fuera poco reemplazamos variedades locales por otras que, en ocasiones, no se adaptan bien a su nueva ubicación.
Este número especial quiere ser una pausa compartida, un jalón en un camino de aprendizaje y reflexión, que comenzó a gestarse como consecuencia de la dramática incidencia de las enfermedades de la madera en nuestros viñedos. Fue Bernardo Royo, nuestro mentor y profesor, quien nos brindó un aprendizaje impagable, la primera persona a la que escuchamos hace muchos años eso de “que no, que no puede ser, que no puede haber una sola causa”, haciendo referencia a que el problema era mucho más complejo y de fondo. Que la forma de producir las plantas y que la forma de cultivarlas no eran algo accesorio al problema. Que no habría ningún producto milagroso que le diera la vuelta al problema cual bálsamo de Fierabrás. A ese camino se fueron sumando, entre otros muchos, Rafa, Richard, Marc, David y Josep, todos autores en este número y, afortunadamente para nosotros, amigos.
Somos cada vez más los que pensamos que el terrible problema que suponen las enfermedades de la vid no es casualidad, ni ha venido de ‘tierras lejanas’ como lo hizo la filoxera hace 150 años, sino fruto en gran parte de todos estos cambios en la manera de cultivarla. No seremos nosotros quienes digamos que el viñedo no debe evolucionar, cambiar, y adaptarse a distintos objetivos de producción y a los gustos del mercado. Pero no puede ni debe hacerlo a ciegas. Es necesario mirar bien al viñedo, reflexionar, leer libros antiguos y también modernos, hablar con viticultores y vitólogos, y volver a reflexionar. Y volver a mirar al viñedo.
Fruto de todas estas reflexiones celebramos a comienzos de 2016 una Jornada Técnica de Viticultura en el museo Dinastía Vivanco en Briones, en la que se abordó la temática de las enfermedades de la madera con un enfoque global. La jornada la ideamos y organizamos los abajo firmantes; Julián Palacios y Gonzaga Santesteban, y se fraguó sumando esfuerzos e intereses de la empresa Viticultura Viva y de RedVitis, una red temática de investigadores creada con la financiación del Ministerio de Economía y Competitividad (MINECO, AGL2015-70931-REDT). Fue una la vista de la acogida tan favorable que tuvimos, nos animamos a editar este número que tenéis ante vosotros. Hemos intentando convertir el contenido de las ponencias en artículos que no fueran meras transcripciones, pero manteniendo intencionadamente detalles propios la oralidad de una ponencia. No podemos más que agradecer a todo el personal de la revista Enoviticultura, personalizado en Sylvie Pellicer, su interés y las facilidades que nos han brindado para convertir este número en realidad.
Como hemos dicho, este número especial es reflejo de una parada hecha en un camino de aprendizaje continuo. Seguiremos reflexionando juntos, leeremos libros antiguos y también modernos, hablaremos con viticultores y vitólogos, y volveremos a reflexionar. Y, cómo no, seguiremos mirando y escuchando a las cepas. Y, si tenemos la suerte de aprender algo, intentaremos contárselo a todo el que lo quiera oír, y a veces incluso a quien no.